En 2016 el Diccionario de Oxford elevó la palabra o neologismo posverdad -post-truth- a la categoría de palabra del año.
¿Su significado?
«Denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y la creencia personal».
Y si acudimos una vez más a la RAE,
«Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales».
La noción de posverdad y otros conceptos conectados con ella como las fake news han florecido gracias a la vida de internet y a la sobre abundancia informativa que se le atribuye a la red. Y cómo no al fenómeno de viralización en redes sociales, hecho que ha contribuido sobremanera a que en estos tiempos en los que vivimos parezca que una opinión tenga más valor que el propio hecho en sí.
Al igual que ha sucedido en otros contextos, también podemos encontrar a la posverdad en el copywriting web.
Está llegando a borrar las fronteras entre la verdad y la mentira sobre la escritura de textos persuasivos, creando un limbo intermedio en el que aceptamos hechos como verdades en el ámbito de escribir textos o crear contenidos por el mero hecho de que encajan en esquemas mentales que gustan a muchos.
La contrastación de tanto post que aparece en internet sobre copywriting, copywriting web y ventas y la búsqueda de la objetividad son menos importantes ahora que lo que muchos lectores están ávidos de leer y creer, llevados por su ansia (o necesidad) de reinvención personal/profesional con el fin de crear su propio negocio para vivir de escribir
Escribir para vender, ofrecer servicios de copywriting y redacción y atraer clientes hacia un negocio basado en la marca personal de cada uno es moda puesta de moda también de forma interesada. Alrededor de ello se ha generado ese nicho de formadores y formaciones online que, lícitamente, por supuesto, se van repartiendo partes de un suculento pastel al hilo de que muchos clientes lo demandan.
Y en esa frontera difusa que, a mi parecer, se ha creado en el mundo del marketing online sobre el copywriting abundan concepciones incompletas sobre diferentes realidades de la realidad de esta disciplina, como podemos leer en muchas webs:
procesos exactos para escribir textos que vendan,
fórmulas y recetas para redactar páginas que hacen a sus lectores comprar cualquier producto o servicio,
vender sin comunicar,
posicionamiento sí o sí en los primeros lugares de las SERP de Google -más tráfico orgánico y por tanto mayores posibilidades de venta-,
elogios y alabanzas exagerados sobre las bondades del copywriting web,
repercusiones en el ámbito del marketing online
más ventas y mejores clientes a través de internet,
y consecución de la felicidad por parte los copywriters por tener muchos clientes y poder vivir de la escritura.
Así que a pesar de toda la información disponible, para el cliente que se sumerge en internet a la búsqueda de un copywriter resulta cada vez más arduo descubrir qué profesional es el que mejor se ajusta a sus necesidades específicas
La desinformación y la posverdad en el copywriting web nos ha alcanzado también a nosotros los profesionales, al copywriting y a la redacción de contenidos.
Un periodista no es un copywriter.
Un copywriter puede o no ser copywriter web.
Un copywriter web (la inmensa mayoría de los de nuevo cuño) no es un copywriter creativo.
Un copywriter creativo «mama» la profesión, el oficio de toda la vida, en la agencia de publicidad.
Un copywriter creativo, publicitario, no tiene por qué ser copywriter web ni saber de copywriting web tal y como se concibe ahora.
Cuando alguien busca un copy en internet, muchas veces lo que busca es un redactor para los post de su blog.
Así que de hoy y para siempre acuérdate de, por ejemplo, esto: el copy web es quien hace copywriting en todas las páginas web menos en el blog. Busca conversiones.
En el blog lo que se hace es redacción de contenidos y de eso se encarga un redactor. Busca que se lean los artículos hasta el final y posicionar la web en Google.
Por eso desde aquí ¿qué les diría a copys, copywriters web, copywriters creativos, redactores web, redactores SEO y formadores en copywriting web? Una verdad, la mía, claro:
- Hagamos todos acto de contrición de una vez y dejemos de alimentar esta posverdad en el copywriting web. Todavía estamos a tiempo de que no nos empiecen a acusar de estafadores por repetir y repetir que el copywriting aumenta ventas y atrae clientes como de la nada. Por hacerles imaginar éxitos imposibles. Estamos a tiempo de dejar de vendernos como el Bálsamo de Fierabrás de las ventas online
- Por un lado, no convirtamos los beneficios de la escritura tal y como la debemos trabajar en un timo
- Por otro, dejemos de alimentar la idea de que hecho un curso, hecho un profesional del copywriting que pueda salir ahí, a internet, así a ganarse la vida
¿Qué les diría a los clientes necesitados de textos web? Dos verdades:
- les invitaría a contemplar el copywriting web como lo que es, una parte de todo el engranaje estratégico de venta de la comunicación comercial
- les animaría a contratar un copywriter, SÍ, para mejorar su estrategia de ventas. ¿Cómo? haciendo percibir el valor de su negocio, generando confianza y poniendo al potencial cliente en el camino de decantarse por su producto o servicio. No para que les solucione el problema con sus ventas. Tanto NO puede
¿Qué les diría a los profesionales que se quieren reciclar-reinventar-renovar aprendiendo copywriting? Dos verdades:
- Estoy a favor de cualquier tipo de formación. Del lifelong learning, del nunca dejes de aprender. Yo mismo, a mis años y con mi trayectoria de copy creativo de años, he seguido y sigo cursos de varios de los copywriters que venden sus formaciones online
- Pensar que con X técnicas, X fórmulas y X plantillas te da para montar un negocio personal de XXXXXX cifras debe hacerte pensar. Y mucho
Sí.
Las burbujas ideológicas e informativas siempre han existido. Antes de la web, comprábamos el periódico que más se ajustaba a nuestra forma de ver el mundo, elegíamos nuestra emisora de radio, veíamos nuestro canal de TV en nuestra soledad y frecuentábamos los entornos afines a nuestra manera de entender el mundo.
Internet ha dado capacidad a unos pocos de tener mucho eco.
Influencia digital.
De una lectura pausada hemos pasado a hacer scroll, jugar al like, al tuit y al remix para compartir posverdades que construyen un nuevo orden en muchos órdenes de nuestra vida.
Como copys, como profesionales, seamos responsables de que no se imponga la posverdad en el copywriting web.
¿Lo somos?